Cuarentena: el desierto interno

cuarentena hombre

"No se mueve la hoja de un árbol si no es la voluntad de Dios"
El Quijote


Seguramente has escuchado que no existen casualidades sino causalidades, y parece que el tema del Covid-19 viene a poner de manifiesto esto.  Y es que desde hace algunos días muchos países han decidido ponerse en cuarentena para controlar la dispersión del virus y así salvar vidas. De un momento a otro la idea de vacacionar y disfrutar de los carnavales se vió frustrada y echada al olvido. De pronto el mundo quiere salvar su vida, pero, ¿qué vida?


Pertenezcas o no a la creencia del monoteísmo, seguramente conoces la historía del éxodo del pueblo hebreo en tiempos del profeta Moisés, cuando Dios los libró del pueblo de Egipto, pero que antes de hacerlos entrar en una tierra prometida, les dejó experimentar la vida en el desierto por cuarenta años. 
Durante ese período ya no eran esclavos, pero tampoco se sentían libres, pues no contaban con bienes, ni alimento, ni tierra, ni esencia. Es decir, antes eran esclavos, trabajaban largas jornadas de trabajo y aguantaban malos tratos por un plato de alimento. En el desierto nada, ni nadie les forzaba a nada, pero se sentían sin nada.

Mucho tiempo después la prueba del desierto aparece nuevamente representada en la vida de Jesús el Cristo, quien decide internarse en el desierto por espacio de cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber. Y que se ve tentado del Diablo para poner a fuerza, no solo su resistencia, sino su Certeza.
Al pueblo hebreo también le tentó en mal, pues renegaron un tiempo de su suerte y muchos de ellos hubiesen preferido seguir en la esclavitud de Egipto. 

Tanto en la experiencia de Cristo como en la del pueblo hebreo hay más de una similitud. El desierto como la ausencia de todo, la tentación, el número 4 como código de transformación, pero lo más importante, ambas historias salen avantes de la prueba por una decisión única y efectiva: Confianza 

Tanto Jesús como los hebreos reconocieron en ése período que por ellos mismos no podían cambiar la realidad, pero que sin ellos no sería posible.  Jesús comprobó que era el Hijo de Dios, y el pueblo hebreo que eran los elegidos de Dios. ¿Cómo fue posible eso? Dejándose guiar y guiando al mismo tiempo al hacedor de todas las cosas.  Hasta que no fue así, ninguna de las partes estuvo preparada para su siguiente paso. 

¿Y qué tiene que ver eso con este tiempo del covid-19 para la humanidad?
Las historias del pasado son mapas para la vida a posteriori. Ejemplos de situaciones cíclicas que comparten una misma información para salir triunfantes en un mismo resultado.

Hoy estamos viviendo una cuarentena en el vació para reconocernos como hijos. Para doblegar al miedo del ego, para reconocer la fragilidad del cuerpo, pero aceptar el poder del Alma y del Espíritu. No nos movemos, pero movemos a Dios. Pero no pienses en Dios como un anciano que viene al rescate de quién le llama, sino como dijo el Cristo, como energía viva que habita dentro de ti, como el Padre-Madre que es tu aliento de vida

Es ése aliento de vida el que te sacará del desierto de la duda, del miedo, de la mente que te dice que pongas tu esperanza en salvadores externos, escondiéndote que el Salvador habita en ti. Sin embargo ése salvador no puede ponerse en acción a menos que tú lo decidas. Si bien es cierto que tú no puedes hacer nada sin él, él tampoco puede hacer sin ti.

Hoy todo el mundo quiere salvar su vida, ¿pero qué vida?  Uno de los beneficios de esta situación y del tiempo que voluntario o involuntariamente ahora tienes, es analizar qué vida estás viviendo. Y no se trata de pensar en cuánto dinero tienes, si eres socialmente exitoso o no, si eres un popular o no, si has colaborado con una familia o no. Sino qué tanto disfrutas de tu vida, porque puedes tenerlo todo o carecer de todo, pero eso no es relevante  a la hora de disfrutar y apreciar la vida. 
Ejemplo de ellos lo vemos reflejado en las redes sociales. Hay mucha gente pidiendo a gritos que todo mundo este encerrado para que así su propia vida no corra ningún riesgo, pero al mismo tiempo la vida que esta teniendo en encierro se vuelve una pesadilla. Las redes están atiborradas de personas que hacen lo que sea para distraerse de sí mismos: criticar, hacerle al bufón (porque una cosa es tratar de alegrar la vida de quieres les ven, y otra muy distinta excederse en llamar la atención para sentirse vivos por "un like"), profetizar el fin y el caos para algunos, desear la extinción de otros. Y eso muestra a fin de cuentas la clase de vida que desean defender. 

Una cuarentena como nos dicta el pasado, es un aislamiento de todo lo que es externo a ti para estar contigo. Pero si no te soportas, la experiencia es una condena.  Y claro, toda condena termina tarde o temprano, lo importante es como saldrás de la experiencia. Si vas a volver a lo mismo, siendo el mismo, el bucle retornará a ti en forma diferente y te mostrará que no puedes jamás, escapar a tu destino

No hay casualidades en la vida y Dios no juega a los dados. Estamos en la cuarentena en el mismo período del pueblo hebreo y del Maestro Jesús. Estamos cercanos a la celebración de la Pascua judía y de la Semana Santa para Cristianos (católicos). Experimentamos la certeza de que la vida habita en nosotros, o nos vencemos ante el Diablo del ego. Ponemos la esperanza en el afuera o manifestamos la certeza de que la Fuente de Vida nos da todo con el simple hecho de soltar el control y guiarnos desde la sabiduría interna. 

Sea lo que sea que suceda, salgas triunfante o te doblegue el ego al final, no tengas miedo a estar contigo. Date la oportunidad de descubrir quién eres, puede que no te guste lo que observes, pero no lo ignores. Porque es mejor aceptar lo que te aleja de ti, que hacer como que no existe. Ya que si pasas de largo jamás verás de dónde viene el caos y siempre culparás al afuera. Pero si lo ves, si lo aceptas, puedes (si quieres) tomar control y decidir si le das vida o no.  Por otro lado, y es lo más seguro, es que te sorprendas de tu esencia, que veas que hay cosas que no están bajo tu control pero que controlas como te hace sentir. Que posiblemente no seas lo que has creído pero que eres lo que debes ser. Que esta bien que tengas deseos, pero que obtendrás solo lo que mereces.  Y aquí esta la clave de todo: tú eres quien trabaja para merecer, sabiendo que no tienes que hacer nada más que lo que te corresponde. 

¿Sabes ya lo que te corresponde hacer en el mundo para salir de tu cuarentena y entrar en tu tierra prometida como el Hijo de Dios








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