EL HIJO DE PARVATI
Un día, uno de los hijos de la amorosa diosa Parvati,
llamado Kartikeya, hirió a una apacible
gatita. Cuando regresó a su hogar y se echó a los brazos de su querida
madre para besarla, descubrió que en el rostro de la diosa había una
herida.
- Madre -dijo Kartikeya-, ¿te
has dado cuenta de que hay una herida de sangre en tu mejilla? ¿Qué te ha sucedido, mi querida madre?
- Se trata de una herida que tú me has hecho. Sorprendido, Kartikeya se apresuró a
replicar:
- Pero madre amada, yo jamás
te rozaría un cabello para herirte. Nadie te ama tanto como yo. Con ternura indecible, la diosa sonrió.
Dijo: - Hijo mío, mi muy querido, ¿es
que ya has olvidado que esta mañana heriste a una gatita? - Sí, madre, la herí. - Pues ya deberías saber, hijo mío -explicó
Parvati- que nada existe en este mundo que no sea yo. Yo soy la creación entera y, al herir a
esa gatita, me estabas hiriendo a mí.
Imagen de Gladys Afamado