PASADO, EMOCIONES Y CONFLICTOS EN EL PRESENTE



Ya hablamos de que el pasado no se queda atrás. O se disuelve o vive en un eterno presente hasta que te hagas consciente de él. Pero el pasado no solo son eventos “que no volverán”, sino que son emociones que jamás te abandonan.  ¿No estás convencida/o de ello?, bueno, tómate un minuto y recuerda algo de tu pasado. Tú escoge algo lindo o algo no tanto.
¿Qué es lo que se  manifiesta? ¿Imágenes, aromas, sonidos? ¿Y qué es lo que sostiene todo eso? ¡Claro una emoción! Ahora, ésa emoción la podemos “desglosar” en alegría, tristeza, coraje, frustración… en fin, en un buen bufete de emociones dependiendo si son nacidas del amor o miedo.
Esto que ahora tuviste la conciencia de recordar es solo un ejemplo de los muchos recuerdos y emociones que viven en tu subconsciente. Ahí se encuentra eventos que son clave en tu vida actual. Y estos van desde memorias de tu gestación, infancia, juventud y adultez. Pero no solamente están ahí para llenar un espacio de tu subconsciente, sino que tu subconsciente les mantiene ahí para servirte en tu sanación personal. Se sirve de tu mente y cuerpo para hacerte saber qué es aquello que debes modificar para poder seguir evolucionando en tu ser.  El subconsciente se manifiesta todo el tiempo, pero no todo el tiempo estás atenta a su llamado.
Cada vez que te molestas por la misma causa, aunque parezca que se produce en distintos eventos o con distintas personas, el subconsciente te está mostrando algo.  De la misma manera proyecta en tu espejo mental, la necesidad de atraer al mismo tipo de hombre  o mujer, según el cado, para mostrarte qué es lo que debes modificar en ti. Y a menos que le hagas caso, traerá a tu vida los mismos hechos y las mismas personas.
Ciertamente creerás que puedes “vivir” así, pero la verdad es que no puedes vivir mientras te siga manejando el pasado y sus emociones no reconocidas.  Y lo menos que podría pasar es llegar al término de tu vida amargada/o  y soportando “la cruz” que te toco vivir con tal o cual pareja. Pero muchas veces el inconsciente esta tan deseoso de pasar materia que te llama y llama hasta que no puede más y tiene que gritarte o abofetearte para que le pongas atención. Y cuando el inconsciente grita la enfermedad o los accidentes aparecen.
Los “castigos” que da la vida, no son tales. Más bien son las oportunidades que nos ofrece para salir ilesos del sueño del éste mundo.  Pero es hasta que tú decides afrontarte a ti misma/o cuando el milagro puede producirse.
A menos que estés dispuesta/o a guiarte por Él que sabe, no podrás sino repetir lecciones una y otra vez.  Él que sabe, está dentro de ti y de eso no puedes tener duda. Pero no podrás escucharle a menos que realmente estés dispuesta/o a ello. Dice un curso de milagros, que en Dios todo es posible, pero no ves lo posible porque no le das espacio a la Luz de Dios.
De ahí que por mucho que te impongas penitencias, sueñes con la Ley de Atracción y pienses positivo, no logres manifestar la dicha en tu vida. Y no es porque lo anterior no sirva, sino que no tiene espacio en ti para ser realidad.  Tú no puedes sembrar un rosal en suelo lleno de basura, pero si puedes creer que es suficiente tirar las semillas sobre ella.  No obstante, si tu ilusión es regar la basura todos días en pos de que un día de las semillas del rosal lleguen a suelo fértil, nadie puede quitarte ésa ilusión. Pero si tu intención es ver las rosas, no podrás sino limpiar el suelo de todo desecho inútil y prepararlo para realizar una siembra exitosa.
Tú eres la tierra fértil y la rosa por nacer. “El Secreto” nunca te ha sido velado, y aunque parezca que ésta oculto, lo que realmente esta es bien resguardado hasta el momento en que decidas ir por él. El guardián de tu secreto es el subconsciente y vive ansioso por dártelo a conocer.
Seguramente habrás escuchado ya lo importante que es limpiar nuestro árbol genealógico, y en verdad te digo que es prescindible hacerlo. Pero de la misma forma te digo que es sumamente importante limpiarnos primero a nosotros mismos antes de pretender duchar a los demás. No porque no sea importante lo otro, sino que de ésta forma nuestra mente egocéntrica deja de echar culpa por lo que nos pasa a otros.  Por el contrario si comenzamos la limpieza con la convicción de iniciarla por nuestra mente, nos responsabilizamos de nuestro proceso, sin juicios y culpas.
Ser adultos no solamente es trabajar y pagar nuestras cuentas, ser adultos es hacernos responsables de quienes somos,  hacernos responsables de lo que nos hacemos y darnos oportunidad de hacernos mejores.
El pasado puede disolverse, las emociones pueden sanarse y tu vida puede ser la maravilla que has deseado. Busca quien te acompañe en éste proceso, no porque tú seas incapaz de hacerlo, sino porque alguien más que esté libre de juicios sobre ti puede conducirte mejor en la sanación de tus emociones escondidas.  Hay muchas terapias que pueden ayudarte en el proceso, busca la más adecuada para ti. Hay técnicas que pueden contactar con tu subconsciente más rápido, otras un poco más lento, depende también de qué situación sea la que te esté afectando para elegir la más adecuada en ése momento.

Invierte en ti, invierte amándote, sanándote, alimentándote. Invierte sin miedo en lo único real que existe en tu vida, Tú. 

Entradas populares